Los supervisores y los cambios de turno en el trabajo

2 abril, 2013 0 Por Pablo García Ansola

Uno de los mayores temores de los supervisores de un equipo que trabaja a turnos y que permite realizar cambios de una forma dinámica, es que en algún turno el equipo no cumpla con las necesidades técnicas o de experiencia definidas en el cuadrante inicial. Después de analizar diferentes casos/equipos de trabajo, se detectan tres tipos de supervisores para el control de los cambios: el “extremadamente estricto”, el “indiferente” y el “flexible”.

El supervisor “extremadamente estricto”

Este tipo de supervisor complica mucho la gestión de un cambio de turno entre compañeros, incluso los llegan a prohibir. Los trámites de documentación firmada y solicitudes puede conllevar una clara reducción de productividad, e incluso desmotivar al equipo en la gestión de estos procesos de trabajo. Este tipo de supervisor es bastante peligroso porque no permite una conciliación laboral y personal generando malestar y un clima hostil  En muchos casos el grupo oculta la realización de cambios de turno a la dirección, lo que puede conllevar problemas legales a la empresa.

El supervisor “indiferente”

Es el supervisor que no controla la gestión de los cambios y le da igual la configuración del equipo, siempre y cuando se cumpla con las coberturas iniciales definidas por el mismo. Es el típico que genera un cuadrante sin atender a las necesidades del equipo, lo pincha en el tablón y se olvida del resto de la gestión de turnos hasta el rotatorio siguiente. Es peligroso porque no garantiza que la configuración de los turnos de trabajo cumpla con los requerimientos de experiencia y conocimiento deseables. Además, evade responsabilidades si ha habido descoordinación con la gestión de cambios y asignaciones.

El supervisor “flexible”

Sin duda el mejor de los supervisores para mantener el equipo de trabajo integrado y asegurando una cobertura óptima. Es el tipico que se le llama por telefono para pedir un cambio, y lo comprueba de manera rápida y sencilla. No evita los problemas en la gestión de los turnos, sino que intentar buscar la mejor solución, conoce las necesidades de cada trabajador, asigna los turnos de manera ecuánime y se interesa si la asignación de turnos fue efectiva.